Procesos empresariales basados en datos y – modelos

La inteligencia artificial automatiza, optimiza y modifica los procesos de las empresas, permite hacer mejores previsiones y una planificación y un control más eficaces. Los procesos especialmente repetitivos suelen poder automatizarse fácilmente con una aplicación de IA, con lo que los usuarios suelen ahorrar mucho tiempo y dinero. Yendo un paso más allá, la IA ayuda a desarrollar sus propios modelos de negocio basados en datos.

Si los datos relevantes para el negocio se transfieren a modelos empresariales inteligentes, una empresa de casi cualquier sector puede asegurarse una ventaja competitiva que no debe subestimarse.

La base para nuevos productos o un nuevo campo de negocio son datos suficientemente cualificados.

El uso activo del aprendizaje automático configurará de forma significativa el mundo empresarial en los próximos años. Teniendo en cuenta esta evolución, muchas empresas ya han empezado a recopilar y analizar datos. El valor añadido inteligente entra aquí en juego cuando los resultados de los datos recopilados entran en contacto con el aprendizaje automático.

Para dar este paso decisivo, las empresas solicitantes necesitan de antemano un objetivo estratégico claro. Sólo entonces podrán utilizar las diversas posibilidades de la inteligencia artificial específicamente en su beneficio. Un taller sobre el potencial de la IA ayuda en esta fase, en la que se elabora la selección de métodos de IA adecuados para la optimización de los procesos empresariales, así como los posibles escenarios de aplicación de la IA. Además, este taller se centrará en una selección de cifras clave relevantes en relación con el tiempo, los costes y la calidad, así como en la revisión de los datos disponibles.

Para mantenerse a la cabeza de la competencia internacional, las empresas de la industria alimentaria en particular no deben perder tiempo y buscar rápidamente posibles campos de aplicación.

Por ejemplo, un papel pionero en el campo de la sostenibilidad dentro de la industria alimentaria está estrechamente ligado a los procesos de producción que ahorran recursos. La mayor ventaja es que todos los productos, con sus respectivas cantidades, corresponden exactamente a las necesidades de los clientes. Y ello en un entorno de planificación con grandes fluctuaciones por parte de los compradores y la disponibilidad estacional de las materias primas. Sólo los métodos de solución procedentes del campo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden adaptarse continuamente a este entorno de planificación y garantizar siempre mejores resultados que los métodos anteriores.

La IA también puede hacer más sostenibles los procesos de producción, algunos de los cuales consumen mucha energía, por ejemplo reduciendo drásticamente el consumo eléctrico y, por tanto, las emisiones de CO2.